Iremos viendo gente que se parece a otra gente, o gente que se parece a objetos inanimados (más humillantes estos últimos), y riéndonos en el camino.
También comprobaremos que en realidad no hay TANTA variedad en los moldes que usaron para construirnos.
Arranquemos, pues, con la primera víctima. (No daremos nombres, para limitar la exposición pública)
